Sin embargo, no siempre es así y pueden surgir problemas en el camino. Tanto si piensas en la apariencia de tu cuerpo como si te sientes presionado para llegar al orgasmo, a menudo hay una narración que pasa por nuestra cabeza y que puede distraernos del evento principal, por no mencionar todas las demás cosas que nos dan vueltas. En un mundo perfecto, nuestros pensamientos durante el sexo en pareja se centrarían en el sexo que estamos teniendo, o al menos en las cosas que nos excitan.

Estaríamos presentes, concentrados y disfrutando de nosotros mismos y de nuestra pareja. Sin embargo, en el mundo real, nuestras mentes a veces se desvían durante el sexo, a menudo hacia lugares totalmente inconexos o que provocan ansiedad. Las investigaciones sugieren que no es raro que las mujeres se preocupen por su cuerpo o su aspecto durante el acto, y que dejar que todo se vaya y disfrutar del momento puede ser más fácil de decir que de hacer.

Estos son los problemas sexuales más comunes de las mujeres

Se preocupan por estar desnudas

Los problemas de confianza son normales, pero una mala imagen corporal tiene un efecto directo en nuestra capacidad para disfrutar del sexo. Un gran número de estudios ha demostrado que las mujeres preocupadas por su cuerpo son más tímidas, menos propensas a iniciar el sexo, a probar nuevas posiciones o a hablar de sus necesidades que las mujeres que están contentas con su cuerpo. La verdad es que los hombres no se fijan en él, durante el sexo sólo piensan “déjame meterle mano a eso”.

Cómo te sientes con respecto al sexo y cómo te sientes con respecto a tu cuerpo es uno de los grandes problemas y tiene un efecto importante sobre si te apetece tener relaciones sexuales. Los sentimientos de culpa, la inseguridad o la idea de que debes parecerte a una modelo, por ejemplo, pueden hacer que tengas ganas de dejarlo incluso antes de empezar.

problemas en el sexo

Si no te sientes sexy, no tendrás ganas de tener sexo. Intenta hacer un esfuerzo consciente para centrarte en las cosas que te gustan de tu cuerpo en lugar de en las partes que no te gustan tanto. También puede ser útil recordar que el sexo es sano y natural, y que practicarlo es una forma estupenda de establecer un vínculo con tu pareja y de liberar la tensión y el estrés.

Se preocupan por decir lo que quieren

Muchos nos conformamos con sexo de segunda categoría porque no sabemos comunicar lo que nos excita y lo que no.

En realidad, estos problemas comienzan al principio de la relación. Los dos estáis tan enamorados del otro que no queréis causar disgustos señalando lo que no os funciona. 

Así que es difícil decir ‘Eso que haces y que al principio fingía que me gustaba, ahora no me gusta tanto’.

Si eso ocurre, protege el ego de tu pareja diciendo: “¿Podemos intentar esto en su lugar?”. Ten siempre el mayor tacto posible. Y como regla general, cuando pidas cosas en la cama, pide siempre lo que quieres más, no lo que quieres menos. Aprende cómo evitar estos problemas.

No llegan al orgasmo durante el sexo

El clímax no tiene por qué ser siempre el objetivo sexual final. A la mayoría de los hombres les resulta bastante fácil llegar al orgasmo, y pueden conseguirlo cada vez que tienen relaciones sexuales. Pero, por desgracia, para las mujeres esto puede ser un problema, ya que la respuesta femenina no es tan automática.

Hay muchos aspectos que influyen en nuestra capacidad para alcanzar el gran orgasmo, desde el estado de ánimo o la energía que tengamos hasta la cantidad de bebida que hayamos tomado. Pero uno de los más grandes problemas es que hace años que sabemos que el 75% de las mujeres no llegan al orgasmo sólo con la penetración y, sin embargo, seguimos insistiendo en este mito de que las mujeres tienen orgasmos al mismo tiempo que los hombres. Esto supone un tremendo estrés para las mujeres si no se produce.

Si estos problemas te resultan familiares, es poco probable que ocurra sin un poco de ayuda. En primer lugar, si no lo estás haciendo ya, empieza a masturbarte y presta atención cuando lo hagas. Aprende exactamente lo que estás haciendo con tus dedos para llegar al clímax y pide a tu pareja que haga lo mismo.

El sexo con la pareja se convierte en rutina

En un mundo ideal, nos enamoraríamos de alguien con el mismo impulso sexual que nosotros. Pero esto puede ser increíblemente difícil de predecir al principio; cuando se está en el periodo de luna de miel, el deseo sexual está falsamente aumentado. Se ha demostrado que los niveles de deseo de las mujeres disminuyen gradualmente con el tiempo en las relaciones comprometidas.

Si tu rutina sexual se está volviendo un poco rancia, conseguir que te apetezca puede ser complicado. Para evitar este tipo de problemas, te recomendamos que hables abiertamente con tu pareja sobre tus necesidades sexuales y que pruebes cosas nuevas para aliviar algunas de tus preocupaciones. Si intentáis llegar a una solución juntos, podréis acercaros más como pareja y mejorar vuestra relación sexual.