Hay muchos tipos de comportamientos que la gente puede tener durante el sueño. Algunas personas caminan dormidas, otras hablan dormidas. Para algunos el comportamiento tiene una naturaleza sexual, el sexsomnio. Puede tratarse de autoestimulación o de intentar iniciar relaciones sexuales con otras personas mientras se duerme.

Aunque esto puede parecer divertido, para aquellos que tienen comportamientos sexualizados durante el sueño puede causar un estrés significativo y preocupación por lo que pueda pasar cuando se vayan a dormir. Si su comportamiento es malinterpretado, o sucede cuando comparten la casa o la cama con otras personas, puede tener incluso consecuencias legales.

Las investigaciones han descubierto que los episodios de sexsomnio se producen durante la fase de sueño no rápido (NREM), que es la fase más profunda y sin sueños del sueño. Aunque los sueños sexuales no se consideran sexsomnio ya que no implican ninguna acción o comportamiento físico.

Las parasomnias que surgen de la fase NREM, como el andar dormido, el hablar dormido y el sexo dormido, se producen a través de mecanismos similares. El cerebro no duerme como una sola unidad, y diferentes partes del cerebro pueden comportarse como si estuvieran parcialmente despiertas en algunos momentos de la noche. Esto es lo que ocurre con las parasomnias no REM.

Para que se produzca una parasomnia, es necesario que se activen las partes más primitivas del cerebro, como el tronco cerebral y las partes que controlan las respuestas y comportamientos automáticos, mientras que otras partes del cerebro, como la corteza cerebral, permanecen desactivadas. El resultado es que una persona tiene los músculos activos y es capaz de responder a preguntas o estímulos sencillos, por lo que puede llevar a cabo comportamientos simples, básicos o automáticos, pero no es consciente ni recuerda lo que ha sucedido.

No está claro por qué algunas personas caminan mientras que otras tienen comportamientos sexualizados. No parece ser un reflejo de la personalidad subyacente de las personas o de sus verdaderos deseos, ya que los comportamientos sexualizados durante el sueño se dan en una serie de personas, incluidas las que no suelen ser sexualmente activas. Todavía queda mucho por investigar en este campo, ya que los expertos no entienden realmente por qué algunas personas pueden tener comportamientos sexualizados durante el sueño mientras que otras no.

sexsomnio

Las personas que padecen este trastorno tienen comportamientos sexuales mientras duermen, a menudo con otras personas. El problema de este trastorno es que la persona que lo padece puede no darse cuenta. Los primeros en darse cuenta serían las personas que comparten la cama con ellos, como sus parejas, padres, amigos o compañeros de piso. La persona que lo padece puede no darse cuenta hasta que otra persona le llame la atención. Algunos de los síntomas más comunes son: Acariciar al compañero de cama, empuje pélvico, acciones que imitan una relación sexual, orgasmo espontáneo y no ser consciente del comportamiento más tarde, la persona puede tener los ojos abiertos y actuar despierta.

El sexsomnio o sexo durante el sueño se produce cuando un individuo realiza actos sexuales mientras duerme

Causas

Aunque los médicos no están seguros de las causas del sexsomnio, sí saben que empieza después de la pubertad y que las personas que sonámbulas o que hablan dormidas tienen más riesgo de padecerla que las que no lo hacen. Los médicos conocen varios factores que pueden contribuir a esta afección. Entre estos factores se encuentran la falta de sueño, el estrés, la fatiga, la ansiedad, el alcohol, ciertos medicamentos y los patrones de sueño irregulares.

Algunas afecciones médicas subyacentes también pueden provocar sexsomnio. Entre ellas se encuentran los trastornos del sueño, como el sonambulismo o el hablar dormido, el síndrome de las piernas inquietas, la epilepsia relacionada con el sueño, la enfermedad por reflujo gastrointestinal, la migraña y los traumatismos craneales. El alcohol u otros sedantes, incluidos algunos medicamentos con receta y sustancias ilícitas como la marihuana, pueden aumentar el riesgo de parasomnias. El alcohol tiene el efecto de sedar la corteza cerebral y también de activar el tronco cerebral, que es el mecanismo por el que se producen las parasomnias.

También el estrés puede aumentar el riesgo de que se produzcan parasomnias. A menudo, el estrés y la privación de sueño se producen juntos, con los plazos de trabajo o de estudio, y esta combinación puede hacer que aparezcan las parasomnias.

Tratamiento

La buena noticia es que el sexsomnio es tratable. Si hay ciertos factores desencadenantes que le hacen tener sexo con sueño, podría beneficiarse de la terapia, el asesoramiento o la medicación. Mantener una buena higiene del sueño y mantener un horario de sueño regular también puede ayudar. Se aconseja la abstinencia de alcohol. También se aconseja a los pacientes que participen en la terapia para hacer frente al pudor y la vergüenza.

Debido a la naturaleza del sexsomnio, puede causar dificultades en las relaciones. Si el comportamiento es la autoestimulación, la pareja puede sentirse perturbada por ello o preocupada de que ocurra debido a necesidades insatisfechas dentro de la relación. Si el comportamiento es iniciar las relaciones sexuales, es comprensible que la pareja se sienta intimidada o violada, y trabajar con un psicólogo o consejero puede ayudar.

Si se padece sexsomnio, merece la pena acudir a un profesional de la salud, como un médico especialista en el sueño, para que analice los factores que pueden estar aumentando el riesgo de que se produzcan los hechos y qué se puede hacer para reducir ese riesgo.

Riesgos

El riesgo de que se presenten cargos penales es siempre una posibilidad para alguien que sufre este trastorno del sueño. Si un hombre intenta mantener relaciones sexuales con un desconocido mientras duerme, por ejemplo, podría ser acusado de agresión sexual. Algunas personas pueden incluso mantener relaciones sexuales sin protección mientras duermen, lo que puede dar lugar a una peligrosa enfermedad de transmisión sexual.