Qué es alexitimia?
Ponerse en contacto con los sentimientos es más fácil de decir que de hacer. En eso consiste la alexitimia.
Ponerse en contacto con los sentimientos es más fácil de decir que de hacer. En eso consiste la alexitimia.
Aunque la alexitimia es bien conocida entre los psicólogos, no es algo que la mayoría de las personas ajenas a este campo conozcan. Y aunque los profesionales de la salud mental conocen la existencia de esta afección desde hace años, sigue siendo un poco misteriosa.
La alexitimia es un término amplio para describir los problemas para sentir las emociones. De hecho, este término griego utilizado en las teorías psicodinámicas freudianas se traduce vagamente como “sin palabras para la emoción”. Aunque esta afección no es muy conocida, se calcula que 1 de cada 10 personas la padece.
Las teorías freudianas se consideran en gran medida anticuadas, parece que esta afección es cada vez más conocida. A menudo se considera un diagnóstico secundario en otras condiciones de salud mental y discapacidades preexistentes, como la depresión y el autismo. Sin embargo, esto no significa que todas las personas con estas condiciones tengan problemas para expresar e identificar las emociones. De hecho, los estudios demuestran que sólo afecta a un pequeño porcentaje.
Las personas que padecen alexitimia pueden describirse a sí mismas como personas con dificultades para expresar emociones que se consideran socialmente apropiadas, como la felicidad en una ocasión alegre. Otras pueden tener además problemas para identificar sus emociones. Estos individuos no tienen necesariamente apatía. En cambio, puede que no tengan emociones tan fuertes como sus compañeros y que tengan dificultades para sentir empatía.
La alexitimia no se conoce bien. Existe la posibilidad de que sea genética. También puede ser el resultado de un daño cerebral en la ínsula. Esta parte del cerebro es conocida por su papel en las habilidades sociales, la empatía y las emociones.
Los síntomas del trastorno del espectro autista son muy variados, pero sigue habiendo algunos estereotipos asociados a esta enfermedad. Uno de los principales estereotipos es la falta de empatía, algo que se ha desmentido en gran medida.
Al mismo tiempo, algunas investigaciones indican que la mitad de las personas con autismo también experimentan alexitimia. En otras palabras, es eso lo que provoca la falta de empatía, y no el autismo en sí.
También es posible experimentar la alexitimia con la depresión. Se ha observado en los trastornos depresivos mayores y posparto, así como en la esquizofrenia. Las investigaciones indican que entre el 32 y el 51 por ciento de las personas con trastornos depresivos también padecen esta enfermedad.
Además, esta afección se ha observado en personas que han sufrido traumas, especialmente durante la primera parte de la infancia. Los traumas y el abandono en esta etapa pueden causar cambios en el cerebro que pueden dificultar la sensación e identificación de las emociones más adelante en la vida.
Como condición marcada por la falta de sentimientos, puede ser difícil reconocer los síntomas de la alexitimia. Dado que esta afección se asocia a la incapacidad de expresar los sentimientos, una persona afectada puede dar la impresión de estar desconectada o ser apática.
Sin embargo, una persona con alexitimia puede experimentar personalmente los siguientes síntomas en contextos sociales: ira, confusión, dificultad para “leer las caras”, incomodidad, vacío, aumento del ritmo cardíaco, falta de afecto, pánico.
Esta condición también puede dificultar que la persona interprete los cambios corporales como respuestas emocionales. Por ejemplo, puede tener problemas para relacionar un corazón acelerado con la excitación o el miedo, pero sigue siendo capaz de reconocer que está experimentando una respuesta fisiológica en el momento.
Lo diagnostica un profesional de la salud mental. No está reconocido oficialmente por la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5). En su lugar, es probable que su proveedor de salud mental le haga preguntas y le dé un diagnóstico basado en sus respuestas. También es posible que le pidan un cuestionario autodeclarado.
Otra prueba posible es una resonancia magnética realizada por un neurólogo. Esto proporcionará imágenes de la ínsula en el cerebro.
No existe una prueba única para la alexitimia, al igual que los trastornos neurológicos y las enfermedades mentales en general. Puede llevar tiempo recibir el diagnóstico correcto.
Hasta la fecha, no existe un único tratamiento individual para la alexitimia. El enfoque de tratamiento exacto depende de sus necesidades generales de salud. Por ejemplo, si tienes depresión o ansiedad, tomar ciertos medicamentos para estas condiciones también podría ayudar a los síntomas de salud mental.
Las terapias también pueden ser útiles para esta enfermedad. Éstas le permiten participar en ejercicios para ayudar a mejorar la salud mental. Entre las posibles opciones de terapia se encuentran la terapia cognitivo-conductual (TCC), la terapia de grupo y la psicoterapia.
Un posible paso hacia el reconocimiento emocional es empezar a ser consciente de las propias respuestas fisiológicas. Algunas investigaciones han sugerido la importancia de empezar por el ritmo cardíaco.
Observe si su ritmo cardíaco aumenta en determinadas situaciones y explore las posibilidades de por qué puede ser así. Un monitor de frecuencia cardíaca o un reloj de fitness también pueden ayudar. Con la práctica, puedes ser más capaz de distinguir la ira de la excitación y el miedo, por ejemplo. Un diario también puede ayudarte a documentar tus respuestas físicas y patrones emocionales.
También es importante tener en cuenta que las emociones negativas son tan importantes como las positivas. Aprender a identificar estas emociones y trabajar con ellas (no contra ellas) puede ayudarle a llevar una vida más plena.