¿Por qué tantos deportistas siguen practicando deportes extremos, aun conociendo el peligro que supone arriesgar la vida? 

La emoción de los deportes extremos atrae a mucha gente que busca emociones fuertes. Muchos de estos deportes extremos, como el snowboard, el surf, el monopatín, la escalada, el puenting, el paracaidismo y otros, permiten sentir la libertad de desafiarse a uno mismo, tanto física como psicológicamente, y realizar cualquier tipo de estilo libre que pueda suponer un reto para los deportistas. Sin embargo, casi todos los deportes extremos tienen ciertos elementos que podrían poner en peligro la vida del deportista en comparación con los deportes tradicionales. Estos deportes podrían denominarse “extremos” por su tendencia a ser peligrosos si no se practican con cuidado o con el equipo adecuado. 

Al fin y al cabo, para experimentar el auténtico “subidón de adrenalina”, estos deportes deben ser peligrosos. Los adictos a la adrenalina suelen sufrir lesiones graves y cada año se registran muchas muertes. Para dar un ejemplo de este fenómeno, según un informe de la Asociación de Paracaidistas de Estados Unidos, más de veinte personas mueren al año sólo por practicar paracaidismo. El esfuerzo que exigen estos deportes es grande, pero el aporte de adrenalina y otras hormonas es suficiente para evitar la fatiga resultante del ejercicio. El subidón de adrenalina aumenta la aceleración del flujo sanguíneo a los músculos y el cerebro, relaja los músculos y, por último, ayuda a la conversión de glucógeno en glucosa en el hígado. Para todos los deportistas extremos, este subidón de adrenalina nunca es suficiente, ya que siempre buscan emociones más fuertes.

He aquí algunos de los deportes más arriesgados que le dejarán sin palabras.

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Parasailing

Por si saltar de un helicóptero para esquiar (heliesquí) no fuera suficientemente extremo, hay algunos amantes de las emociones fuertes que combinan aún más el esquí y el vuelo. El paraski es una combinación de esquí (o snowboard) y parapente. El esquiador se coloca un paraski y cuando adquiere la velocidad suficiente para levantarlo, se eleva del suelo y empieza a volar. Algunos parapentistas vuelan todo el recorrido, mientras que otros van y vienen rebotando entre el parapente y los esquís. En esencia, combina dos deportes extremos en uno solo. Para ir aún más lejos, algunos deportistas combinan el heliesquí y el parasailing, lo que abre todo un nuevo mundo de oportunidades.

Vuelo con traje aéreo

En la actualidad, el vuelo con traje de alas es probablemente lo más parecido al vuelo descontrolado y sin asistencia mecánica que puede lograr el ser humano. Es una variante del paracaidismo en la que el “piloto” o saltador lleva un traje especial que le hace parecer una ardilla voladora. Este traje especial tiene “alas” a lo largo del cuerpo y entre las piernas. Las alas tienen bolsas de aire que dan al piloto más sustentación, lo que le permite caer más despacio y controlar por dónde va con extraordinaria precisión. Se puede volar con un wingsuit desde un helicóptero o desde una base, y algunos pilotos experimentados se acercan increíblemente a las laderas de las montañas e incluso realizan una caída libre controlada por barrancos.

Highlining

¿Qué puede hacer más difícil caminar por la cuerda floja? Cuando esa cuerda no está realmente tensada. Es posible que haya visto slacklines instalados en festivales para que los slackliners muestren sus habilidades y den al público la oportunidad de probar este deporte extremo (aunque, eso sí, sin la posibilidad de caerse muy lejos). El slackline se convierte en un deporte extremo cuando se denomina highlining. El slackline se coloca a gran altura sobre el suelo (normalmente entre edificios o acantilados) y un slackliner lo cruza sin una red de seguridad o un poste para mantener el equilibrio. Lo único que les mantiene a salvo mientras la línea se mueve y se balancea es su intenso equilibrio y un pequeño arnés de seguridad. 

Volcano Boarding y Volcano Surfing

Cuando el esquí o el trineo de nieve no son lo bastante extremos, es hora de hacer una excursión a un volcán activo. El volcano boarding o volcano surfing es exactamente lo que parece: deslizarse por la ladera de un volcán cubierto de ceniza fresca o lava. Y por ceniza entendemos sobre todo pequeños fragmentos de roca volcánica afilada. Tras caminar sobre rocas y escombros hasta la cima, los atletas descienden el volcán en improvisados toboganes de madera contrachapada, lo que hace que este deporte extremo esté al alcance de cualquiera. Lo mejor de lo mejor, sin embargo, es descender la pendiente de pie sobre la tabla.

Apnea

Cuando bucea, se encuentra literalmente en una situación en la que puede ser físicamente incapaz de respirar si algo va mal. La mayoría de los buceadores llevan botellas de oxígeno consigo, pero algunos deportistas ignoran este equipo normal y optan por bucear sin él. Como muchos de estos deportes extremos, la apnea es exactamente lo que parece: un buceador desciende sin más equipo de supervivencia que las aletas. Pretenden realizar el descenso y el ascenso con una sola bocanada de aire. Los cambios de presión del buceo profundo, el esfuerzo físico necesario para volver a la superficie y el pánico mental que puede surgir hacen que esto sea algo más que aguantar la respiración durante mucho tiempo.