La masturbación, el acto de estimular los propios genitales para obtener placer, es una parte normal y saludable de la experiencia sexual de una persona y una forma estupenda de descubrir con qué te sientes cómodo.
Sin embargo, el acto de la masturbación masculina ha sido objeto de un tabú cultural durante siglos, y muchas sociedades lo consideran una práctica vergonzosa o incluso pecaminosa. Este estigma ha dado lugar a desinformación y mitos en torno al tema, que pueden causar confusión y vergüenza a las personas que lo practican. También es importante reconocer que la masturbación es una parte natural y normal de la sexualidad humana, y que no hay nada inherentemente malo o vergonzoso en ella. Desafiando estos tabúes culturales y adoptando una actitud más abierta y aceptante hacia la masturbación, podemos crear un enfoque más sano y positivo hacia la autoexploración sexual. Algunos hombres disfrutan masturbándose con regularidad, mientras que otros prefieren no hacerlo en absoluto. Ambas cosas están bien. Independientemente de tu situación sentimental, edad, sexualidad o identidad de género, es una forma saludable de conocer mejor tu cuerpo, con muchos y sorprendentes beneficios para la salud.
Desarrollar una rutina de masturbación saludable puede ayudarte a conocerte a ti mismo a un nivel más profundo para que puedas tener más confianza en quién eres, tener mejores relaciones con las personas que te importan y conocer tus límites. Y según muchos estudios, puede incluso desbloquear estados alterados de conciencia.
Así que vamos a profundizar en cómo utilizar la masturbación para explorar tu sexualidad puede cambiar tu forma de enfocar el sexo.
Reconecta con tus genitales
Muchos hombres pueden sentirse desconectados de sus genitales. Las expectativas poco realistas que se han establecido en el porno pueden hacerles creer que hay algo mal en ellos, o como si sus genitales no fueran “lo suficientemente buenos”. Todo esto, combinado con la vergüenza sexual general que nos impone la sociedad, hace que la gente no tenga una relación muy agradable con sus genitales. Mediante la masturbación, puedes empezar a reconectar con tus genitales prestando más atención a su aspecto, al placer que te proporcionan y al poder que representan. Cuando apreciamos nuestros genitales por lo que nos proporcionan, en lugar de juzgarlos, empezamos a cerrar la brecha.
Toma las riendas de tu placer
A menudo nos hacen creer que es nuestra pareja la que debe proporcionarnos placer. Nos dicen que nuestra pareja es la responsable de nuestros orgasmos y que si no consigue que lleguemos al orgasmo, es que es mala en la cama o una amante egoísta, pero para que alguien te lleve al orgasmo, primero tienes que saber cómo llegar al orgasmo tú misma. No sólo es útil para el sexo en pareja, porque puedes comunicar lo que quieres; también es realmente empoderador tomar el control de tu propio placer y tus propias necesidades. Tener una rutina de sexo en solitario puede hacerte sentir más segura de tu capacidad para cuidar de ti misma y te querrás y apreciarás más cuando te veas a ti misma como la proveedora de tu propio placer.
Saber lo que quieres
La masturbación no tiene por qué ser solo un rato en el baño. Puedes planificar tu tiempo a solas como lo harías con cualquier otra cosa y prepararte para un “tiempo para mí” de calidad.
La masturbación también te permite conocer mejor lo que te gusta en la cama. Esto te ayuda a desarrollar tus límites y a comunicar tus necesidades a tu pareja. Cuanto más explores, mejor sabrás exactamente qué es lo que te gusta. Y la exploración es lo más divertido. Puedes probar distintas posturas, distintos tipos de porno o incluso distintos juguetes.
Recuerda que tus genitales son mucho más que el pene, así que dale cariño al resto. Si te gusta que tu pareja juegue con los testículos, el pene y el perineo, ¿por qué privarte de ello en una sesión en solitario?
Explora otras zonas erógenas
¿Quieres tener un clímax sensacional en todo el cuerpo? Explora tus zonas erógenas. Jugar con tus zonas erógenas, es decir, tus orejas, pezones, cuello, boca y labios, puede disparar chispas de placer por todo tu cuerpo. Puedes frotar, pellizcar, tirar, apretar o tirar de estas partes de tu cuerpo para intensificar el orgasmo durante una sesión en solitario especialmente excitante. No te olvides de jugar con diferentes caricias para descubrir lo que te hace sentir bien.
Para llevar
Saber lo que quieres de las experiencias sexuales puede ayudarte a sentirte más seguro al iniciarlas. No hay una forma correcta o incorrecta de masturbarse. Tómate tu tiempo para explorar tu cuerpo y todas las cosas que te excitan. Experimenta con estilos, juguetes y técnicas. Haz lo que necesites para sentirte cómodo y disfruta de cada segundo.
No te obsesiones con la frecuencia con la que practicas el juego en solitario, siempre y cuando no interfiera en otros aspectos de tu vida. Pero si la masturbación empieza a interferir en el trabajo o a afectar a tu vida sexual con tu pareja, quizá te convenga acudir a un terapeuta sexual.