6 cosas que hay que discutir antes de vivir juntos
Vivir juntos es un paso natural en la dirección correcta para cualquier relación sana.
Vivir juntos es un paso natural en la dirección correcta para cualquier relación sana.
Aparte de la emoción que supone elegir una nueva alfombra y una decoración que responda a los gustos personales de ambos, la perspectiva de vivir juntos y construir una vida en común es emocionante y estresante a partes iguales.
Todo el mundo tiene una historia horrible de compañeros de piso: platos sucios amontonados en el fregadero, invitados a todas horas de la noche, mascotas extrañas, etc. Quizá pienses que la convivencia con tu pareja será diferente. Estás enamorado. Ninguno de esos extraños hábitos personales te molestará, ¿verdad?
Pero piensa que la convivencia es la mayor transición de una relación. Cuando ya compartís la cama todas las noches, racionáis el tiempo frente al espejo del baño y os dividís el espacio del armario, un documento legal en el que os comprometéis a seguir con estos hábitos durante el resto de vuestras vidas no cambia mucho. Así que antes de dar ese gran paso, ahórrate un drama innecesario y ten estas conversaciones antes de firmar cualquier documento.
Aunque la mayoría de las parejas están de acuerdo en que vivir juntos es un paso monumental, asegúrate de que ambos están de acuerdo en lo que significa el acto de compartir un espacio. La convivencia debe obligaros a hablar de los valores y objetivos comunes y de lo que significan. No lo infravalores.
Por supuesto, las implicaciones de una mudanza difieren de una persona a otra, y es importante determinar lo que significa compartir una humilde morada tanto para ti como para tu pareja. Es crucial preguntarse si una mudanza conducirá al matrimonio en el futuro. Si tú o tu pareja vais a mudaros juntos para retrasar o acelerar el proceso de atar el nudo, es esencial que antes de la pareja seáis conscientes de los próximos pasos que hay que dar al firmar un contrato de alquiler.
Seamos realistas: vivir juntos equivale a pasar mucho más tiempo juntos. Si planeas irte a vivir juntos, debes saber que es muy diferente a pasar tres noches a la semana en el apartamento del otro.
Puesto que vais a pasar más tiempo juntos, empieza a prestar atención a los hábitos de tu pareja, fijándote en lo ordenado que es y en cómo maneja emociones como el enfado. Antes de mudaros, deberíais pasar una buena parte del tiempo juntos mientras aprendéis los hábitos del otro. Hay que hacer muchos ajustes cuando se vive realmente juntos.
Muchas veces, las parejas comienzan la mudanza pensando que entienden lo que su pareja quiere y espera de la situación, pero descubren que hay muchas cosas que no han tenido en cuenta. De hecho, suponer que su pareja tiene las mismas expectativas que usted puede dar lugar a problemas importantes. Siéntate antes de tomar la decisión final de vivir juntos y háblalo. No ocultes lo que sientes. Recuerda que debe ser una conversación informal para que ambos os sintáis cómodos expresando vuestras esperanzas y objetivos para la relación.
¿Es esta mudanza un peldaño hacia un objetivo mayor, como el matrimonio, o lo veis como el final del juego? ¿Qué podría cambiar después de la mudanza? Por ejemplo, ¿se espera que reduzcas las horas felices con los compañeros de trabajo porque llegas a casa demasiado tarde y tu pareja no puede dormirse sin ti? ¿Esperará que su pareja cocine regularmente? Puede parecer una tontería, pero estas conversaciones sinceras serán muy útiles para empezar con buen pie.
Antes de empezar a vivir juntos, piensa en quién debe ser responsable de cada una de las facturas de la casa, tanto desde el punto de vista financiero como desde el punto de vista de la gestión de esas facturas y su pago puntual cada mes. Crea una hoja de cálculo con todos los posibles gastos que esperas tener, como los servicios públicos, la comida y el cuidado de las mascotas. A continuación, repártelos entre vosotros, anotando los porcentajes que cada uno pagará por las distintas categorías si pensáis compartir la carga.
Las parejas suelen hablar de este tema después de haber tomado la decisión de irse a vivir juntos, pero se dan cuenta de que para ellos era una decisión decisiva. Pregúntale a tu pareja si tiene alguna preferencia y determina en qué punto está dispuesto a comprometerse.
Por ejemplo, podríais llegar a un punto intermedio si tanto tú como tu pareja deseáis estar cerca de vuestros trabajos, que están a 50 kilómetros de distancia el uno del otro. Averigüe desde el principio qué lugares pueden funcionar bien para las necesidades de ambos, así como qué lugares están de acuerdo en que pueden permitirse cómodamente.
Al fin y al cabo, todas las relaciones requieren un compromiso. Vivir juntos y la vida en común con tu pareja debe enfocarse de la misma manera. Considera todo lo anterior como directrices que te ayudarán a tomar decisiones inteligentes sobre tu mudanza y sobre cómo afectará a tus finanzas, en lugar de reglas rígidas que no dejan margen para el cambio. Una vez que haya decidido oficialmente hacer la mudanza, disfrute de su decisión y del proceso, sabiendo que ha cubierto todas las bases con un plan bien pensado.