“Cansado todo el tiempo” es una queja popular; el cansancio y la fatiga son problemas comunes.
El cansancio, o fatiga, significa tener menos energía de lo habitual. Te sientes agotado, ya sea mentalmente, físicamente o de ambas formas. El cansancio es una parte normal de la vida, pero si persiste, puede sugerir un problema médico.
Tanto si has dormido mal como si has tenido una gran sesión de ejercicio o te has esforzado demasiado últimamente, la fatiga física puede hacer que te sientas con poca energía. Con tiempo y descanso, la fatiga física suele desaparecer por sí sola. Por otro lado, la fatiga mental es el agotamiento que puedes experimentar si estás estresado, con exceso de trabajo, con agotamiento físico o lesiones, o con problemas de salud mental.
Sigue leyendo para descubrir la diferencia entre cansancio, fatiga mental y física, y cómo puedes cuidar tu bienestar.
¿Qué es el cansancio?
El cansancio no es lo mismo que sentirse cansado o tener sueño, aunque existe una relación. Cuando te sientes cansado, no tienes energía, hasta el punto de que afecta a tu vida diaria y a tu estado mental y emocional. El cansancio suele empeorar gradualmente. Puede que no te des cuenta de lo mucho que te afecta hasta que piensas en todas las cosas que podías hacer antes. Suele estar causado por estrés, ansiedad, depresión, virus -como la gripe o el COVID-19- o problemas de sueño. Algunos medicamentos también pueden hacer que te sientas cansado. Aunque todo el mundo se siente cansado de vez en cuando, el cansancio crónico puede perjudicar tu calidad de vida e impedirte hacer las cosas que te gustan. En la mayoría de los casos, el cansancio puede remediarse modificando el estilo de vida o la dieta, corrigiendo una carencia de nutrientes o tratando una enfermedad subyacente. Aun así, para mejorar el cansancio, hay que llegar al fondo de la cuestión.
¿Qué es la fatiga física?
La fatiga física (o fatiga muscular) es otro tipo de fatiga causada por actividades físicas y definida como la incapacidad de mantener un nivel de fuerza requerido tras un uso prolongado de los músculos. La fatiga física es el cansancio, la falta de energía y el dolor provocados por el esfuerzo físico, los hábitos y la rutina. La fatiga física suele estar directamente relacionada con un acontecimiento reciente y puede hacer que el cuerpo se sienta más débil y tenga problemas de fuerza o resistencia. La fatiga física puede estar relacionada o no con factores desencadenantes de la fatiga mental, como el estrés. Si sólo experimentas fatiga física, puede que tu cerebro se sienta muy agudo mientras que tu cuerpo se siente agotado. Otra señal de que estás experimentando fatiga física y no mental es que, con una buena noche de sueño y un poco de tiempo, vuelves a sentirte con energía y tú mismo.
¿Qué es la fatiga mental?
Cuando el cerebro está sobreestimulado o pasa por largos periodos de estrés, puede producir fatiga mental. También conocida como agotamiento mental, puede afectar a la capacidad de pensar, regular las emociones, resolver problemas e incluso provocar dificultades en la vida cotidiana y en las relaciones. La fatiga mental es un estado de agotamiento emocional debido al estrés de la vida personal o laboral, o a una combinación de ambas. De hecho, la fatiga mental se considera uno de los signos del agotamiento, mientras que las personas que experimentan agotamiento emocional suelen sentir que no tienen poder ni control sobre lo que les ocurre en la vida. Algunos signos reveladores de la fatiga mental son sentirse cansado, indiferente o desmotivado para realizar tareas que, de otro modo, se harían bien, incluso después de dormir bien o descansar físicamente.
La conexión entre la fatiga mental y la física
La mente y el cuerpo trabajan juntos en armonía. Los estudios demuestran que las actividades físicas pueden aumentar la fatiga mental, y viceversa: ¡la fatiga mental puede hacer que te sientas fatigado físicamente! Por ejemplo, los deportistas mentalmente fatigados pueden percibir la actividad física como más difícil, lo que conduce a una disminución del rendimiento físico. Del mismo modo, emociones como el estrés o la ansiedad pueden tener manifestaciones físicas. Pueden llevarte a tomar malas decisiones que te hagan sentir peor, como una alimentación poco saludable o un mal horario de sueño.
Formas de afrontar la fatiga física y mental
Para evitar la fatiga física y mental, es importante cuidar tanto tu salud física como tu bienestar mental. Esto puede incluir
Escuchar a tu cuerpo – y saber cuándo estar activo, cuándo descansar y cuándo optar por una actividad física más nutritiva como caminar o clases de yoga.
Practicar la atención plena en situaciones de estrés.
Hacer pausas periódicas durante los periodos más largos de trabajo mental.
Encontrar formas productivas de mejorar tu energía (incluidas tácticas para vencer el temido bajón vespertino).
Conclusión
Tú eres quien mejor conoce tu cuerpo y sabes cuándo algo no va bien. Si te sientes crónicamente agotado incluso cuando descansas lo suficiente, es posible que haya una afección médica que contribuya a tu cansancio o fatiga. Acude a un médico de confianza para que te haga las pruebas adecuadas para descartar enfermedades comunes que puedan estar contribuyendo a tu cansancio y fatiga.